Realizada en abril del 2015, en los alrededores de la cueva de Punta Restinga, a unos 30 mts de profundidad.

Uno de los habitantes marinos que más me gusta enseñar son las Langostas Herreñas. Esta especie no pasa por su mejor momento y están especialmente protegidas. Se diferencian en su tamaño, que suele ser mayor que el de la Langosta común. Normalmente impresionan muy gratamente al buceador que las observa por lo grandes que son algunos ejemplares. También se diferencian por esas dos manchas azules tan características, que tienen en el frontal de sus cabezas.
Son dificilísimas de localizar, aunque hay huecos en algunas inmersiones donde suelen estar más o menos fijas. En ocasiones hemos llegado a contabilizar hasta 9 ejemplares en una sola de estas guaridas. Afortunadamente estos tres últimos años las hemos empezado a encontrar en puntos de buceo donde antes no las veíamos, dato que nos hace pensar en la recuperación (lenta, eso sí), de la especie en nuestras aguas.
Fotografiarlas será todo un reto, ya que suelen estar extremadamente enrocadas y colocar la cámara en sus diminutos habitáculos sin molestarlas en exceso, en la mayoría de los casos es misión imposible...


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