Una de las imágenes más impresionantes de nuestro archivo, de la mano de Joan Costa, principios de noviembre del año 2016.

En esos días teníamos un gran grupo de Irlanda y algún buceador/a nacional, entre ellos Joan. Ese día en concreto decidimos amarrar los dos barcos con 20 buceadores en Punta Restinga. Mi barco se dirigiría a El Arco y el otro barco al Veril, con el fin de no juntarnos muchos buceadores en el mismo punto. Normalmente siempre que realizo el Arco voy con el grupo a media agua (unos 15mts) hasta que estoy en su vertical y es entonces cuando picamos, de esa manera evito descompresiones y situaciones raras. Ese día en concreto, cuando nos dirigimos a media agua con los diez buceadores se nos vinieron encima estos dos magníficos ejemplares de mantas (Mobula Tarapacana). Estuvieron jugando con sus pasadas cerca de nosotros durante más de 20 minutos y por supuesto tuvimos que abortar el bajar hasta el Arco, cosa que a nadie le importo.
Al salir del agua les explicamos eufóricos tod@s la experiencia al otro grupo, lamentablemente ellos no las vieron. Alegría para unos y frustración para otros... Nos fuimos todos a tomar nuestro cafecito entre inmersiones y de paso desaturar nuestros tejidos. Cuando fuimos a realizar nuestra segunda inmersión, el barco que no vieron las mantas me pidieron si sería posible volver a la zona, para ver si había suerte. Les di mi consentimiento, pero les advertí que sería dificilísimo que las mantas estuvieran todavía por el área. Que confundido estaba!!! Fueron, vieron y vencieron!!!! estuvieron todo el grupo durante más de media hora pajariqueando de nuevo con estos dos mismos ejemplares (comparemos fotos para cerciorarnos). En la misma mañana todxs lxs buceadores/as del centro, sin excepción, vieron mantas!!!!

En El Hierro, muy contrariamente a lo que mucha gente se piensa (y no entiendo por que), no es fácil ver grandes peces como las mantas y distintos tipos de tiburones. Los vemos por supuesto y en ocasiones en grandes grupos, y en el caso de las mantas hemos tenido años de verlas una media de tres veces por semana en determinadas épocas, pero es imposible determinar o adivinar dónde y cuándo, con lo cual es una mera cuestión de suerte pura y dura.

De la foto en concreto, pues poco hay que comentar, vale más la pena mirarla y admirar el hipnótico y majestuoso movimiento de estos animales que se dirigían hacia la cámara de Joan y este tan bien supo captar ese momento que vuelan como ángeles más que como diablos.

NO DIVING, NO GLORY!!!!

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